La noche es de Luna

Ubicación: Alexander platz
La noche estaba alterada. Su potencial se sobresalía de la escala. No encontraba el tiempo, la fecha ni el orden del momento. Iba despistada, buscaba algo desesperada. Estaba de una belleza inhumana. 
Era difícil perderse entre tanta oscuridad y luces distorsionadas. Era fácil encontrarse en las estrellas, mirándolas, observandolas. Era noche de gatos, aunque no se veía a ninguno en la vía cuatro. Era noche de ruido, bailes y descuidos.  Era una noche en la ciudad, paralela pero no exacta a las demás. Algo faltaba.
Ella no estaba decidida a salir. Se encontraba un poco resfriada. Pero al mirar por la ventana, lo reconoció. Lo extrañaba. 
 La luna se vistió con su típico vestido, un poco de maquillaje y un perfume agradable. Ella no piensa sacar la chaqueta, quiere aguantar coqueta.
- He encontrado un banco para fumar un cigarro. ¿Me acompañas encanto?
 Entonó la noche una melodía silenciosa, la luna sonriente quiso bailar indecentemente. Agarro su falda, de la pierna derecha, hasta la altura del brazo y con el vuelo causado el rocío resbaló avergonzado. La noche no alertada, seguía tranquila y calmada, abrazo a luna y en besos la mimaba. 
Ahora la noche se quedó descalza. Luna miraba. Giro la espalda y en la sombra escondió a los pies que amaba. La noche entonces a luna empujaba dirección a tentarla. Estaba callada, pensante, un misterioso hombre elegante. Luna bostezaba. Pidió un trago de nube, compartió sus nalgas y entre la noche quedó sentada. La noche sentía su pelo y lo peinaba, la tumbó entre tres edificios altos, similares y con buen contacto.
Luna miraba prendida mientras la noche se le echaba encima.  
Era una noche de luna, una lunática ubicación en las esquinas. Luna en la noche pérdida. 

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