La hoguera de primavera

Aquí estaría la ubicación, debajo de la foto, escrita en negrita. 

En este caso, no puedo daros ese dato.

 Esta localización para mí me la guardo. 

No es por nada, solo por crear más impacto. 

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Coge un trozo de madera, arrancale una espiga. Enciende un mechero y quema esa astilla. Luego júntelas con maderitas más grandes hasta que empiece a salir un tal fuego semejante que tengas que apartarte del lado de la hoguera para no quemarte.

Así empieza está tarde, de las seis en adelante, una fiesta en el jardín. La primavera no empieza en abril. Pero la festejamos esta noche aquí. Traigo mi mejor cerdo, ya le corté el cuello. Solamente me tomare unas cervezas frías, dos copitas de crema catalana y un plato de ensalada vegana.  Escucharemos música alemana. 

Conforme el sol esta bajando, la gente a la llama se está abrazando formando un círculo perfecto en zigzag ya planeado.. Paloma se ha sentado en el mejor sofá, una gran silla de madera con un cojín de leopardo. Ahora nos hemos sentado a su lado. 

Estamos cómodos, los diferentes idiomas ya están circulando. Soy afortunada en diferenciar el inglés y el alemán del castellano. En esta reunión solo me entienden en americano y yo saco palabras de debajo de mi brazo. En cuestión de un rato todos bailábamos rock and roll descalzados. 

Hay una botella negra con un conejo verde pintado. Yo recuerdo haber la visto en Aldi, en ofertas del año pasado. Es de un hombre lastimado, gracioso y muy poco reservado. Lleva bebiendo de ella, de trago en trago, las cinco horas desde que hemos llegado.

También hay otro hombre despistado, se le ha caído a la hoguera su pedazo de pavo. Los más listos han pedido pizza, y el cartón después lo han hecho cenizas. Un señor mayor me muestra el cielo con su dedo, señalando a la estrellas. Hay miles de constelaciones y yo tan inspirada no me había fijado en verlas. 

Hay un chavalín golpeando madera con una piedra, tiene como máximo ocho años, de vez en cuando rellena el fuego con destreza.  Sonríe, mira a todos y bosteza. Antes de volver a su trabajo agradece estar en la hoguera un rato. Debe ser hijo de alguno de estos reptilianos. 

Ya se acabado el whisky,  se está acabando la leña, están desapareciendo las estrellas, y mi ropa huele que apesta.

 Tengo que volver en bici y llevo a Paloma, ¡AUF WIEDERSEHEN peña!