"Estación central." / "Hauptbahnhof".

Ubicación: Europaplatz 1, 10557 Berlín.

Esta tarde buscábamos aventura.  Queríamos más cuentos con golosinas. Más imágenes sin retoques, y con escenas perfectas.  No ilógicas pero más entonando a primavera. Cómo está. 

 Cogiendo la marcha a medio nivel entremos en nuestro querido tren. Paloma venía también. Tenía mucha fuerza acumulada en sus cuatro patas. Eso, su alegría y sus papás. 

Y sin un destino concretado, perdiendo el sol y encontrándolo, me sentí una dragona al llegar a la estación más grande de Europa. Si, en Berlín. Aquí. Asi desde dos mil seis, ubicada y concretada. 

Ocho mil quinientas ventanas exactamente, en mejor ejemplo de estructura ecológica la convierten. Despampanante construcción, el arquitecto Meinhard von Gerkan  planto en la maceta, coloco en la arena, saco de su chaqueta, o construyo en la tierra, así de simple, así de bella.  En sus cinco plantas habita de todo lo imaginable para el gastar de la gente. En mi caso un bretzel (lacito salado) me sienta rodado, aunque entre Paloma y su padre medio pastel me han robado.

 Entonces nos sentemos y al cielo miremos. No queríamos sol, no nos interesa su afán de alumbrar, somos más del agua. Imaginaos imaginarla, cayendo sobre todas estas ventanas gotas que impactan. Podéis visualizar  la vista panorámica, el sonido rompiendo, las moléculas absorbiéndose… y nosotros tres allí debajo, en el centro del tornado, atrapados. La lluvia si salimos podría cortarnos. 

Ya despertando de aquel banco, el típico asiento de estación estropeado. 

Vi aún medio soñando a toda la gente corriendo en la madrugada para ir al trabajo, colegios, universidades o yo que se, países fiscales. La envidia me embarro cuando a mi nada se me había perdido en esta dirección. No tenía que entrar en la estación para mi vida cotidiana. No voy ha poder ver el H2O en las cristaleras durante la semana. 

Pero quién sabe, la vida da muchas vueltas. 

 A veces muy rápido, otras veces ni para.

 En ocasiones se choca e impacta. 

También se relaja.  

Es más o menos como el tren de vuelta a casa.